miércoles, 24 de marzo de 2010

El último ensayo

Como viene siendo ya habitual en nuestra hermandad, el lunes previo al Domingo de Ramos, tuvo lugar el primer, último y unico ensayo que realizamos cada año. Aunque aún en Salamanca no estamos muy acostubrados a los ensayos (paciencia, que todo se andará), tengó que reconocer que a mi me gusta. Tras un año de espera vuelven los nervios al estómago al situarme debajo del paso, tambien tengo la oportunidad de encontrarme con hermanos a los que en la mayoría de los casos, no tengo la oportunidad de ver durante el año. Además en ensayo nos anuncia que nuestro desfile procesional está cerca, muy cerca.
El sonido del martillo avisando que comenzamos es especial, previene de lo que se nos viene encima, esos momentos que pese al posible dolor hay que sentir y disfrutar. Del mismo modo he de reconocer que al menos para mi, estar en la Catedral Nueva de Salamanca a las diez de la noche, en silencio, bajo la penumbra de las pocas luces que iluminan el templo y con el único ruido del paso uniforme de los que cargamos el paso, me produce una sensación indescriptible. La parada ante nuestra capilla con Nuestra Madre al fondo, observándonos, el paso ante la capilla del Santísimo Sacramento, los frio muros cargados de  historia.

Indescriptible.

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