Como dijo Antonio Machado, "todo pasa y todo queda". Hace bien poco, contaba yo en este blog que nos encontrabamos a las puertas del Domingo de Ramos, que se ultimaban los preparativos de las hermandades y que los actos cofrades se acumulaban. Hoy estamos en vísperas del Lunes de Aguas.
Del mismo modo que la Semana Santa 2010 ya es historia, al menos nos quedarán las devociones, emociones y sentimientos de los cientos de niños al acompañar a la Borriquilla, la decepción de los cofrades de la Vera Cruz a los que una vez más la lluvia les sorprendió en el desfile del Lunes Santo, la solemnidad universitaria en su promesa de silencio del Patio de Escuelas, la mejestuosidad de Ntro. Padre Jesús Flagelado en su caminar por las calles salmantinas, la mirada moribunda del imponenente Cristo de la Agonía Redentora, el recogimiento el Vía Crucis, la elegancia de la Dolorosa siguiendo a su Hijo Crucificado, la espectacularidad del Cristo del Amor y de la Paz mostrándonos su dolor de orilla a orilla del Tormes, los aires andaluces de la Hermandad Dominicana en una gélida madrugada salmantina, el largo cortejo de la Procesión General del Santo Entierro, las lágrimas de emoción de muchos salmantinos ante Ntra. Señora de la Soledad, la sencillez del cortejo fúnebre que acompañó al Cristo de la Liberación, la pasión y emoción del barrio de Pizarrales ante la salida su Cristo de la Vela y finalmente la alegría de la Resurrección de Jesús y el encuentro con su Madre en la Plaza Mayor.
